lunes, 6 de octubre de 2014

Arlene muere.

De nuevo me hallo aquí, en este lugar tan familiar. El vacío y la oscuridad me han vuelto a abrazar, y una vez más secan mis lágrimas y alivian mi corazón.
¿Será este mi destino? ¿Querer pero no ser querida?
Rezo por escuchar "Arlene ha muerto". Mis ganas de vivir son nulas.
Soy como una medusa que se mueve por las corrientes marinas, yo simplemente me muevo por la rutina. Me levanto, me ducho, como, voy a clase, vuelvo, lloro y me voy a dormir. Así día tras día, semana tras semana.
Me preguntan qué porqué sigo aquí si soy tan infeliz, si no tengo ganas ni fuerzas para vivir. Nunca sé que responder.
Creo que algo de esperanza queda en mi interior, una pequeña brasa entre toda la ceniza de mi corazón. Ojalá baste para volver a encender el fuego de mi amor y volver a quererle como antes, y hacer que él me quiera tanto como yo le quise en su día.

"Arlene, muere" dulces palabras para mis oídos. Dejar de sufrir. Dejar de pensar. Dejar de llorar.

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